jueves, 27 de enero de 2011

Viaje de Otoño a Japón: Tokyo, Hakone, Kawaguchiko,Kyoto,Nara y Osaka

Día 6:  Kyoto.

Para moverse por Kyoto y ver todos los monumentos no hay mejor manera que en autobús por lo que nada más desayunar nos acercamos hasta la parada más cercana y con nuestro bono de viaje de día completo nos dirigimos a visitar el castillo de Nijo.

El castillo de Nijo se construyó en 1603 y fue la primera residencia oficial en Kioto del primer sogún Tokugawa, Ieyasu. Para defenderse de las traiciones Ieyasu colocó en el interior del castillo suelos de "ruiseñor" que emiten un ruido parecido al canto de dicho pájaro al pisar sobre el suelo de madera revelando así a cualquier intruso que se colase en el castillo. El castillo está rodeado de unos jardines que merece la pena visitar si se tiene tiempo.

   
Puerta de Entrada al Castillo
Castillo de Nijo
Mecanismo de "ruiseñor"
                                                                                                                                                                 
Una vez fuera del castillo cogemos otro autobús hasta el Kinkaku-ji Pabellón dorado) rodeado de impresionantes jardines y situado en medio de un lago que acentúa su belleza al reflejar la imagen de las láminas de pan de oro que cubren las paredes de las plantas inferiores.


Kinkaku-ji
Kinkaku-ji
Arce en Kinkaku-ji

 
A la salida del templo hay pequeños tenderetes en los que se pueden vender frutos secos cubiertos de té verde  y otras especias diferentes. En nuestro caso tras un pequeño vistazo una comida tipo picnic en un parque fue suficiente para apacigüar el hambre y poder proseguir de camino al templo del Kiyomizudera.

Si se dispone de tiempo es posible bajarse en la zona del Kodai-ji a 10 minutos del Kiyomizudera,  es un extenso recinto con jardines obra del famoso paisajista Kobori Enshuu y numerosos templos en uno de los cuales se puede ver una impresionante escultura de la Diosa Kanon.




Desde Kodai-ji subimos hacia el Kiyomizudera atravesando las calles Ninen-zaka y Sanen-saka, calles llenas de puestos de souvenirs, comidas y cualquier otra cosa que uno pueda querer.
Tras la leve cuesta por fin llegamos al Kiyomizudera donde muchos grupos de estudiantes van a hacerse las fotos del viaje de estudios, como es posible ver por el grupo que nos encontramos en las escaleras y que permitió a algunos de nuestro grupo ponerse con ellos para hacerse una foto.



Las escaleras llevan hasta el templo en sí, donde uno puede tener una vista panorámica del parque que lo rodea y si tiene suerte ver atardecer con los arboles realzando la belleza del paisaje. El balcón se encuentra situado encima de la ladera de la que sobresale siendo sopotado por cientos de columnas de madera especialmente traida para ese propósito. Además dentro del recinto también podemos visitar el Jinshu-jinja o santuario del jardín en el que el viajero intenta asegurarse el éxito en el amor caminando con los ojos cerrados entre un par de piedras situadas a una distancia de 18m la una de la otra.
 

Pagoda de Kiyomizudera


Jinshu-jinja
Columnas soportando el balcón




Kiyomizudera
 
Para finalizar el día un paseo por el barrio de Gion en el que por desgracia no tuvimos la oportunidad de ver a ninguna Geisha  y una cena estilo Shabu-shabu en un restaurante con jardines propios.


Jardín de restaurante
Cena Shabu-shabu
Cena shabu-shabu